HITOS FREUDIANOS SOBRE SEXUALIDAD Y ORDEN SIMBÓLICO: 2. Lo imposible es lo sexual, la verdad de lo
- Eduardo Gomberoff
- 17 mar 2019
- 2 Min. de lectura
La aparición del orden simbólico opera como causa de las estructuras neuróticas, todo lo cual, en el primer Freud se desglosa en la teoría del trauma. Hasta ese momento, su etiología procede de situaciones vividas en la infancia aún cuando respondan, materialmente, a inferencias hechas por Freud a partir de su trabajo clínico con adultos. Desde su lugar de analista, Freud, escucha de sus pacientes eventos sexuales traumáticos; la historia es conocida, con el correr del tiempo descubre la impostura, sin embargo, en el sitio vacío dejado por el testimonio falaz, surge una nueva hipótesis. Será irrelevante enfatizar la falsedad de lo acontecido, cuanto que el hecho ocurra en la fantasía y deje incólume su carácter traumático; en buenas cuentas, la fantasía, como memoria reconstruida tendrá estatuto de causa, en consideración a ella deberá buscarse su autenticidad. Es en el “Proyecto de psicología para neurólogos” (Freud, S. 1895) donde Freud explica la parte traumática de las fantasías sexuales, introduciendo la idea de anticipación. Lo sexual es traumático - asegura - ya que corresponde a estímulos que llegan antes de tiempo, cuando aún no pueden ser decodificados; tales estímulos se resignifican tardíamente y, bajo esta previatura, operan como trauma. En suma, todo trauma obedece a una faena reconstructiva que se cierne sobre un acontecimiento perdido donde juega un papel protagónico la angustia de castración y el Edipo. Lo traumático, por tanto, no es sino el recuerdo que se reconstruye a partir de un efecto que interroga.
En 1920, aparece publicado “Más allá del principio del placer” (Freud, S. 1920), allí, la reproductibilidad fallida hace acto en la repetición; el trauma, como recuerdo de lo no sucedido, signa el fracaso de lo realizable. En el texto, el orden simbólico concurre junto a la ley y por extensión, hará inviable ligar lo imaginario con lo real. Aquello que entendemos por realidad se supedita, aún teniendo en cuenta su imperio, a la empresa reconstructiva inaugurando para sí una vocación múltiple. Como corolario de esta imposibilidad se funda el campo de lo sexual. Que las escenas sexuales no hayan ocurrido realmente, pero que sin embargo aparezcan en el relato del paciente, es índice de su hechura fantasiosa. A esta manera de argumentar le asiste un grado de certeza decididamente psicoanalítico, toda vez que no elude la pregunta por la verdad, “el discurso del paciente se torna verdad (aparece la fantasía) en el mismo momento que la realidad del referente (la escena sexual infantil) se manifestaba como falso”. (Masotta, O, 1982. pp. 32-33). Fantasía en Freud, designa aquello que no existe en lo real sino hasta la irrupción del discurso del paciente y en virtud de esa coyuntura, conserva su capacidad causativa, su poder patógeno. Así, puede concluirse que la etiología descansa en una fantasía, en lo imposible, en el mito, en lo que Freud designa como primario u originario (Urphantasie), reservando para ellos el beneficio del dato arcaico, del valor fundante, del valor de estructura.
Referencias
Freud, S (1895) Proyecto de psicología. En Obras Completas. Vol. I. (pp.323-436). Buenos Aires, Argentina, 1986: Amorrortu Editores.
Freud, S (1920) Más allá del principio del placer. En Obras Completas. Vol. XVIII. (pp.1-62). Buenos Aires, Argentina, 1986: Amorrortu Editores.
Masotta, O (1982) Lecciones de introducción al psicoanálisis Vol.1. Buenos Aires, Argentina: Editorial Gedisa.
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