SOBRE EL SER Y HACER DEL SUJETO, ATOLLADEROS DE LA IDENTIDAD EN PSICOANÁLISIS: 1. Una ética para un
- Eduardo Gomberoff
- 17 mar 2019
- 2 Min. de lectura
Al enfrentarse, como psicoanalistas, a la escritura del relato de un paciente, encontramos todo tipo de dificultades. Las mayores, cuando aspiramos a ordenar y recopilar la información o el material en función de distinciones especulares. Las comprobables evidencias observacionales, filtradas por las descripciones pertinentes, cobran tal prot-agónico realismo que, con la ilusión del rescate empírico y cierto ordenamiento en clases y conjuntos, olvidamos la interrogante freudiana sobre: qué es aquello que dice el Sujeto[2], desde dónde lo dice y a quién se lo dice.
Y claro, ocurre que la fuente del decir y el receptor de lo ya dicho, se confunden en Uno. Sensibilizado como Identidad, Uno reflexiona e intenta en un escrito decir algo sobre aquello, algo sobre eso (ello) que habla un Sujeto. Se trata de escribir para dar cuenta de una práctica muy particular y que no es como las otras , ya que Uno está incluido y, al mismo tiempo, excluido en el acto. Efectivamente, la experiencia del inconsciente en psicoanálisis condiciona al Sujeto a subvertirse frente a cualquier anhelo de Identidad. Quien intente, entonces, reproducir esa experiencia con otro, como en el caso de un psicoanálisis, impone necesariamente, por su posición, la pregunta por el Sujeto. Una pregunta más que teórica, ética. Ética, porque supone posiciones, es decir, ubica al Sujeto en el único lugar desde el cual es posible teorizarlo. Se trata de una práctica que impone éticamente una teoría, situación que comúnmente se piensa al revés.
Una de las consecuencias de esta posición ética es la consideración de que ya no se trataría de dar cuenta (como analistas) de eso que hace un analista, ni buscar en su Identidad la llave precisa. Lo que hace y lo que es un analista ya no son suficientes como argumentos de demostración. Así como desapareció la distinción tan especular e incierta del ser y hacer, identificadas a la posición femenina y masculina, no podemos hoy concluir que la Identidad asociada al ser y a la praxis darían cuenta de aquello que pudiera ser algo así como un psicoanálisis. Es decir, ya no sería posible sostener o justificar la experiencia analítica sin referirla a una ética que posiciona al Sujeto en un lugar en el que sólo desde allí puede ser conceptualizado. Dicho de otro modo: la práctica del Sujeto podrá ser sostenida desde la posición particular en que el Sujeto sea producido.
Referencias
Lacan, J (1955). Variantes de la cura tipo. En Escritos I (1988) Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores.
[1] En rigor Lacan (1955) escribirá que “ … el psicoanálisis no es una terapéutica como las demás” (p.312)
[2] Recordar que cuando escribimos Sujeto con S mayúscula, nos referimos al Sujeto del Inconsciente.
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